Carlos Castañeda Gómez del Campo.
29 de mayo, 2019.

El comportamiento humano es posible gracias al lenguaje y a la aceptación del ser humano de su sitio y circunstancia. Está circunscrito por la frontera del conocimiento tanto práctico como filosófico.


Cada entorno social tiene sus propios códigos. La Monumental Plaza de Toros de Madrid, los tiene fijos y vigentes.

La memoria colectiva del público de Madrid ha logrado mantener estables los niveles de exigencia a toreros y ganaderos. Con filias y fobias. Madrid banca al desprotegido, al fuera de moda, al rebelde, al contestario.

Acosa ferozmente a la figura en forja o añeja. Encumbra y quiebra. Ahí son las faenas de finca y las tardes de ocaso. Tiene sus ganaderías y revienta a las otras.

Tiene su toro. Tiene su gente. Dicta el futuro.


En la segunda semana de San Isidro 2019, lidió Juan Pedro Domecq Morenés dos corridas de toros de su propiedad. Cuarta generación de Juan Pedros al frente de la que sin duda es, junto con la de Carlos Núñez, la ganadería más influyente en el mundo de la crianza del toro de lidia en España, de mediados del siglo XX al día de hoy.

 
La gran cantidad de sucursales ha cargado un enorme costo a la matriz. Sin importar los conceptos originales expresados por Juan Pedro Domecq Solís, aprendidos de su padre, respecto a la necesaria complementariedad de casta y nobleza, fiereza y tolerabilidad les decía el, como componentes necesarios de la bravura, entendida como la capacidad de lucha del toro de principio a fin, muchos de sus adquirientes desvirtuaron la búsqueda de la casta como factor principal, para cambiarla por movilidad y disminución de la fiereza, logrando el ahora llamado toro “Domecq”, vilipendiado y atacado por gran parte de la crítica y encumbrado por la torería actual. 


De los dos encierros lidiados este mayo de 2019, al menos seis toros cumplieron cabalmente con el concepto original de Juan Pedro: la bravura integral, la cual fue reconocida, aceptada y certificada en la aduana más difícil para todos y en especial para la casa matriz: Madrid, donde la fobia “Domecq” nació y se mantiene viva.

Roca Rey, Ureña, Miranda triunfaron sin mácula gracias a la importancia de los toros del hierro ducal y el de la estrella. Triunfo grande para la casa origen, que tanto golpe por cuenta de terceros recibe.

Triunfo grande también del 7, guardián de los principios de la plaza. Triunfo de Juan Pedro cuarto y como el mismo dijo, de toda la familia.

 
En un entorno siempre adverso un triunfo así en dos tardes, da el real nivel a la casa madre. Por ahí seguirán los ignorantes hablando del toro artista, sin saber el significado de la frase, poniéndose al servicio de los toreros.

 
Larga vida Juan Pedro. El concepto te sostiene. En tiempo de toreros: ¡toros!


Hoy los Victorinos. Ya veremos. 

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