Algunos son los que hablan de los toros (generalmente mal) y nunca asistieron a una corrida, novillada ni capea y, ni de lejos, contemplaron una dehesa, el hábitat natural, ecológico por excelencia de las reses bravas, también de muchas aves y de otras innumerables especies.
Del hacer diario y de los valores taurinos esa gente lo desconoce casi todo y, sin embargo, se muestran contrarios a la tauromaquia.
Puede ocurrir que por alguna circunstancia inesperada esas personas, situadas a extramuros de la fiesta, acudan a una plaza y queden impresionadas por ese cóctel de rito, valor, crudeza y belleza que se combinan en el único espectáculo basado en la verdad de los intervinientes: El hombre y el toro circunscritos a los cánones míticos mediterráneos de vida o muerte. Ciertamente un acontecimiento como nos enseñó el viejo profesor en su profundo ensayo sobre los toros.
Un juego milenario, duro y real. El último vestigio de la épica porque en el ruedo se hace patente la cara, la cruz y hasta el canto del autodominio personal para poder salir incólume del palenque.
Fascina al espectador, que no asistió nunca a una corrida, verificar como el matador ejerce la burla del animal entregado con los cinco sentidos a su misión sacrificial. Y puede darse el caso que el asistente neófito no soporte la tensión de la lidia que debe terminar con muerte de la res. La sociedad virtual en la que estamos parece haber corrido una cortina para que no se vea la sangre y se ha confinado a la muerte a un rápido y caro expediente funerario En la plaza, inundada de sol, nos topamos con la sangre y la muerte.
A mi me agradaría que muchos de los que desconocen este arte pudieran estar el día 14 de Octubre en la Plaza de la Misericordia de Zaragoza, allí se despedirá de los ruedos el torero Juan José Padilla, seguro que captarían la humilde gallardía del hombre que ha matado a centenares toros y se retira con el cuerpo caligrafiado por los pitones y faltándole un ojo. Admirable la entrega de este maestro.
Creo que el cartel de “no hay billetes” para la corrida ya está cantado. No pude sacar entrada anticipadamente. Unas horas fueron suficientes para que vendieran los boletos.
Es posible que entre el público habrá alguien que acudirá por primera vez a los toros y tendrá ocasión de experimentar la experiencia de la que escribo. Para los 3 matadores anunciados en el cartel con sus cuadrillas: Padilla, Manzanares y Talavante y para el anónimo espectador ¡suerte! Será una buena ocasión para comprender la grandeza del toreo.