Por: Paco Parra

En días pasados se dio a conocer que José Tomás le quitó una fecha al Valenciano Enrique Ponce, concretamente la de Valladolid, España. Esta fecha del 9 de septiembre ya había sido apalabrada entre el empresario y el torero Valenciano con tiempo de anticipación, ya que según las fechas libres de Enrique Ponce, era la única en la podría presentarse en dicha feria.

Por su parte, José Tomás al realizar las negociaciones con esa empresa, pidió participar en la corrida de homenaje que se la hará al torero Víctor Barrio y, además, también la fecha del 9 de septiembre que ya tenía apalabrada Enrique Ponce.

El empresario decidió cancelar lo pactado con Enrique Ponce y darle la fecha a José Tomás que, como todos sabemos, es una garantía en los llenos totales de las corridas donde torea, pero también, es un gran apoyo para las empresas en la venta de los abonos que cubren la asistencia a todas las demás corridas de la feria.

Es de entenderse el actuar del empresario, pero no justificable, ya que la palabra es lo más importante de una persona y si en todo caso, debió gestionar la participación de ambos toreros en la misma fecha, ya que, de lograr lo que nadie ha conseguido –juntar a los dos toreros en un cartel- hubiera sido una bomba a los ojos de los taurinos que indudablemente catapultarían esa feria a lugares de una importancia inimaginable.

Enrique Ponce decidió hacer público este hecho y la prensa mundial no tardo en criticar el actuar del torero de Galapagar, más aún, cuando también se hizo público que José Tomás no quiere permitir que se televise la corrida de homenaje al torero caído, y que al entender del mundo taurino, debería hacer a un lado –solo por esta ocasión- ese requerimiento para contratarse en las ferias, ya que en esta ocasión es más importante la difusión de esta corrida tan importante donde se le rendirán honores a un torero joven que dejó su vida en ruedo, un torero que vio truncados sus sueños por el pitón de ese toro que le quito la vida.

Sería bueno que José Tomás entendiera que en estos tiempos donde la fiesta brava está siendo atacada sistemáticamente, es de vital importancia que el mundo entero pueda ser testigo del homenaje a Víctor Barrio y todo el ambiente de grandeza, compañerismo, verdad, misticismo, pero sobretodo, presentarle al mundo que en la fiesta y entre los toreros aún existe esa heroicidad que legitima que un toro entregue su vida en el ruedo, porque de la misma forma hay toreros que también entregan la suya.

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