El impacto económico se ha mantenido en la última época en la Comunitat

«El mundo del toro da muchos beneficios a la Comunitat y congrega a una gran cantidad de gente en cada espectáculo que se celebra». Fernando Machancoses forma parte de una prestigiosa familia de ganaderos de bous al carrer. Junto con su primo Vicente, es la tercera generación que vive de ello, puesto que sus abuelos y sus padres ya se dedicaban a criar reses bravas. Por tanto, conoce perfectamente lo que puede aportar el sector a la región. Su afirmación no va desencaminada a tenor de las cifras económicas que existen.

La Conselleria de Gobernación ha realizado un análisis de la situación taurina de los últimos años -prácticamente una década- y los técnicos han llegado a la conclusión de que todo lo que rodea a los astados genera de media anual un impacto económico que supera los 180 millones de euros.

Como es lógico, la crisis que atraviesa el país en los últimos años no ha pasado desapercibida, aunque el público no ha dejado de acudir a los festejos, tanto en las plazas como en los bous al carrer. «Somos el segundo espectáculo de masas en la Comunitat», destacan varios de los expertos consultados.

El pasado 15 de febrero, una multitudinaria manifestación recorrió las calles de Castellón para reivindicar la importancia del toro en nuestro territorio. Además, como recuerda a este periódico Ignacio Lloret, «la tauromaquia (en todas sus actividades) se encuentra reconocida como un espectáculo cultural y artístico en las leyes españolas, por eso no entendemos que no respeten nuestra pasión», añade quien gestiona las plazas de toros de Valencia y Alicante.

Y es que, detrás de cada corrida o de cada suelta de vaquillas, existe un trabajo ligado a muchas horas y que, obviamente, repercute económicamente. No sólo hay toreros y ganaderos, también trabajan sanitarios, veterinarios, compañías aseguradoras, ambulancias o empresas que alquilan plazas y elementos de cierre, así como es beneficioso para la hostelería y la llegada de turistas. En este sentido, Gobernación estima que genera 6.300 empleos.

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Un joven recorta a una res brava durante un festejo en Sagunto. / Damián Torres

La actividad más perjudicada por la crisis en los últimos años ha sido, sin ningún tipo de dudas, la relacionada con los toros de lidia. Los festejos (corridas, rejones, novilladas, etc.) se han ido reduciendo considerablemente, aunque según señalan los expertos en 2014 han crecido ligeramente. «Hubo unos años (los de bonanza) que en España se llegaron a celebrar más de 700. Sin embargo, la media siempre ha estado en torno a los 550, que es la cifra que se da actualmente», explica a LAS PROVINCIAS Daniel Ramos, uno de los pocos criadores de reses de lidia en la región.

«En la Comunitat somos cuatro ganaderos. Junto a mi, se encuentran Manolo Beltrán, Pedro Jovani y Pedro Ventaja. La situación es actual es muy complicada. De hecho, yo no vivo de esto, tengo otra empresa», reconoce. También hay que tener en cuenta que prácticamente acaba de empezar en el negocio. Apenas lleva cinco años, pero ya cuenta con 300 animales. «Cada vez me contratan más».

En ese sentido, Ignacio Lloret destaca que el «mundo del toro no se encuentra en peor situación que otros, más bien al contrario. La prueba de ello es la gran cantidad de asistentes que hay en las plazas». Durante las grandes ferias (Fogueres, Fallas, Magdalena), la media supera los 6.000 espectadores «y en los días grandes se llenan las gradas. Para Fallas, habrá cuatro días al menos que estén al completo». En esas fechas, la actividad en los alrededores de los cosos es elevada (también en la Feria de Julio de Valencia). Así, «mucha gente que viene a los toros se queda a dormir y cerca de un millar de madrileños coge el AVE para ver las corridas de Fallas».

Los datos que maneja Gobernación resaltan que los hosteleros sitúan el gasto medio de los asistentes a los festejos (tanto grandes ferias como otras actividades) en 15 euros, de modo que el resultado es un impacto económico que supera los 6 millones. En la Comunitat encontramos 18 plazas fijas, aunque sólo una de primera categoría, más cuatro portátiles. De éstas, la más importante de España se monta en Algemesí.

Pero no sólo hay que ver lo que sucede en los ruedos, sino también a su alrededor. El seguro en una plaza de primera cuesta 1,5 millones de media, mientras que en las de tercera, 300.500 euros. Por su parte, el servicio médico quirúrgico puede alcanzar los 3.000 euros diarios. En definitiva, los expertos de la conselleria estiman que los toros de lidia dejan un volumen económico de 137 millones anuales.

El resto lo producen los bous al carrer. Sin duda, el mayor atractivo. Como se puede ver en el gráfico adjunto, la Comunitat vive como nadie este tipo de festejos. De hecho, prácticamente la mitad de los que hubo durante 2013 en toda España, se llevaron a cabo en la región.

«El impacto económico que ofrecen es real», afirma con rotundidad Vicent Nogueroles, presidente de la recién creada Unión Taurina de la Comunitat (UTCV) que se presenta en sociedad en los próximos días. «Sólo hay que ver que existen 4.000 empresas que viven directamente de ello».

142 explotaciones

En la Conselleria de Gobernación tienen registradas 142 explotaciones de ganado bovino bravo de bous al carrer, en las que trabajan entre dos y cuatro personas en cada una, lo que supone más de 300 profesionales del sector.

«Hay muchas, una cantidad importante de estas, que se dedican sólo a hacer capeas. Igual que otras que cuentan con pocos animales, las hay que no tienen más de cinco», aclara, en este sentido, Vicent Benavent, presidente de la Associació de Criadors de Bous al Carrer (vinculada a AVA-Asaja). «De este modo, ganaderías que nos dediquemos a los bous al carrer seremos algo más de 80. El resto, efectivamente, se inscriben, pero no trabajan en ello. Para algunos es simplemente un pasatiempo», insiste.

El arrendamiento de reses ofrece una oscilación considerable de precios, entre 400 y 2.000 euros dependiendo de los festejos que se vayan a celebrar. De este modo, los técnicos de conselleria estiman que si la media se puede situar en los 750 euros y, teniendo en cuenta que en la última década se celebran unos 6.000 anuales (hay que ver la evolución que siguen tras los casi 8.000 de 2014) el impacto de ingresos se traduce en 4,5 millones.

En definitiva, los bous al carrer se han convertido en la fiesta por excelencia en la región. Se celebran 2,39 festejos por día y localidad, lo que supondría 2.220 días de eventos taurinos. La hostelería de cada municipio es la gran beneficiada, pues congregan a 5.000 personas que se gastan 17,8 millones.

«Cuando se habla de toros no sólo es cuestión de recordar el gran amor que les tenemos y que se trata de una tradición, sino también todo lo que aporta», concluye Nogueroles.

 

FUENTE:http://www.lasprovincias.es/comunitat/201503/06/toros-mueven-millones-20150306113106.html

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