POR: RAFA NAVARRO
Para unos mejor que para otros pero tras la séptima de San Isidro se me viene a la cabeza el título de esta canción de Iglesias, del gran Julio, no me sean mal pensados. De nuevo tarde desapacible en la que la lluvia hace acto de presencia, de nuevo Morenito de Aranda puntúa en Madrid y continúa con su idilio en Las Ventas, de nuevo nos queda claro que Gonzalo Caballero es la joven promesa del toreo madrileño y lo demostró con mando, tragaderas, mucho respeto y sangre sobre el albero, y de nuevo aunque sin sorprender, El Capea cumple con su cita isidril con más pena que gloria. Lo dicho, tras la tarde de hoy, la vida sigue igual.
No nos pilla de sorpresa la buena actuación de Morenito de Aranda con el gran quinto de la tarde. Único toro válido y más que válido de la corrida de El Ventorrillo que salvo ese Chocolatero, presentó muchas complicaciones a la terna. Unos más bruscos, otros menos pero sin decir mucho. Esta tarde se cumplió el refrán y no hubo quinto malo. Ya de inicio se preocupó Morenito de moverlo antes de pararlo arrastrando el capote a la verónica. Tras brindar al público y romper el hielo en una tanda por alto, tomó la muleta con la diestra tomó distancia y citó al animal. Con brío se arrancó y el de Aranda lo llevó con largura y ligazón en tres tandas por ese pitón con los olés como banda sonora. Algún leve enganchón no sirvió de excusa para que decayera el ánimo del público y la torería de Morenito. Al coger la zurda la faena ganaría aún más enteros. Naturales infinitos arrastrando la muleta uno tras otro, uno tras otro y el bondadoso y obediente Chocolatero no se cansaba de embestir. Si a esa ligazón y largura por ambos pitones, añadimos esos remates por bajo tan toreros de Morenito, la faena tenía los ingredientes y run run para algo grande. Esos escasos enganchones emborronaron quizás la totalidad de la misma. Con la faena en alto, se escuchó el lamento de la afición al no ver entrar el estoque hasta la bola. Mató de más de media en su sitio y sirvió para que doblara con prontitud, faena de oreja a un gran toro de El Ventorrillo que nos supo a poco viendo las virtudes del gran Chocolatero en manos de un Morenito en su mejor momento al que le faltó rematar con los aceros. A su primero fue a esperarlo a la puerta de chiqueros y llamó su atención para solventar una ajustada larga cambiada de rodillas seguida por un ramillete de verónicas cantadas por la afición. Doblones por bajo con armonía y gusto. Poca fuerza tuvo el segundo. Corto recorrido y defendiéndose levantando la cara a mitad del muletazo. Continúa exigiéndole por el derecho y a base de tesón consiguió ligarle tres. Le faltó toro y mató de pinchazo y media. Palmas tras aviso. Se acabó San Isidro para Morenito y sin un triunfo rotundo, sale reforzado con dos tardes de mando y valía. No sé si le valdrán, toca con el tiempo pausar su buen toreo en ocasiones algo acelerado.
El otro protagonista de la tarde fue Gonzalo Caballero. Un caballero de Madrid al que apetece ver y disfrutar. Ya con los carteles en la mano se nos quedaba corta una tarde para el madrileño pero tras la entrega, disposición y respeto que tuvo hoy, aumentan esas ganas de verlo torear. Es la promesa por venir de los toreros madrileños. El tercero fue una alimaña que le avisó desde el minuto cero, se colaba con peligro en los inicios con una embestida brusca. Con mando Gonzalo Caballero que le exigió por el derecho y consiguió uno largo. No decrecía ese genio ingrato de rebrincar a mitad de muletazo y buscarle con maldad. Por encima de su rival, a mitad de tanda se lo sacó por la espalda, lástima que faltara continuidad. Se colocó frente a frente, de tú a tú, sin hueco, con valor, arrojo y al primer natural lo levantó del suelo dejándole una cornada seca de veinte centímetros. En ese instante se vivieron momentos encontrados. Gonzalo Caballero fue el único que apostó por terminar lo empezado y tras hacerle un torniquete cogió de nuevo los trastos. Unos lo llamarán loco, otros con conocimientos médicos podrían incluso utilizar la palabra descerebrado pero la afición de Madrid vio ese gesto heroico como respeto y gesto de compromiso con el toreo. Dos pinchazos y entera atravesada que necesitó de varios golpes de verduguillo mientras que su sangre seguía derramándose por la taleguilla en gran cantidad. Ovación fuerte de despedida por el gesto antes de entrar por su propio pie a la enfermería. Hizo el gesto de ahora vuelvo y no se equivocó del todo, aunque no pudo salir a matar al sexto, sí que volverá a Madrid lo antes posible.
En el apartado de «la vida sigue igual» con connotaciones no positivas se encuentra el tercer componente de la terna, Pedro Gutiérrez «El Capea». Fijo en San Isidro año tras año por motivos familiares de la empresa aunque en ocasiones, más que gran oportunidad, podría parecer un calvario para el salmantino. No tuvo toro de triunfo, una tras otro, finalmente por desgracia fueron tres, le plantearon serias dificultades que supo solventar sin más. Faltó más de lo que puso y habrá que entender lo poco toreado que llega a esta cita de primera. En ocasiones el público se excedió de manera desmedida con gestos despreciables hacia un hombre que se está jugando la vida, aunque Madrid para lo bueno o para lo malo es así de bondadoso o cruel y El Capea sabía dónde jugaba y como llegaba. Otro año será.
Mañana más con uno de los festejos más apetecibles de este San Isidro. Toros de Núñez del Cuvillo para Castella, Talavante y la confirmación de Roca Rey.
Ficha del festejo:
Séptima de San Isidro. Las Ventas. Poco más de media entrada. Toros de El Ventorrillo. Bien presentados pero deslucidos y complicados salvo el gran 5º, toro ovacionado en el arrastre para:
El Capea, pitos, pitos tras dos avisos y silencio en el que lidió por Gonzalo Caballero
Morenito de Aranda, palmas tras aviso y oreja
Gonzalo Caballero, ovación
FUENTE: http://www.burladero.tv/frontend/burladero/La-Vida-Sigue-Igual-vn57357-vst35