Por: Luis Miguel Martínez / Foto: Alejo Rodríguez 

Atlangatepec, Tlax.

El ganadero Alejo Rodríguez quien dirige los destinos de la histórica cabaña brava de La Trasquila, recibió al equipo de este medio para conocer la historia de una vaca brava llamada Aurora. Becerra brava nacida en el año 2014.

Su madre la malparió por haber recibido un golpe en una pelea con otras vacas, por lo que Aurora nació a los 7 meses de gestación. 

Por lo mismo, la becerra no tenía fuerzas para amamantarse de su madre, lo cual hizo pensar al ganadero Alejo Rodríguez, que no viviría. 

Pero entonces se unieron dos determinaciones: la de Adela, la hija del ganadero por sacar adelante a la becerra y la de Aurora, de querer vivir. 

Adela tomó en sus brazos a la cría llevándola hacia el casco de la hacienda, dándose a la tarea de alimentarla con calostros, sueros y vitaminas en una mamila artificial y de buen tamaño. 

Con esto, Aurora reaccionó positivamente a los cariñosos cuidados que la niña le dio, convirtiéndose en un animal noble,  inteligente y agradecido hacia las personas que lucharon junto con ella, para lograr que viviera. 

Aurora, pudo nacer con los primeros rayos solares del día, de ahí el nombre con el que la llamaron los ganaderos. 

Ahora, esta hembra de sangre brava no se separa del casco de la hacienda, siendo la admiración de quienes conocen su historia.

Quienes visitan la ganadería, ella se acerca para que la acaricien, ya que disfruta mucho que lo hagan. 

Aurorita, como cariñosamente la llaman, es un animal muy noble, y un hecho que la caracteriza, es que sigue a la persona que la crió, como pasó con aquel toro de nombre Platanito que tuvo esta misma ganadería criado con mamila, y va atrás del coche, caballo, moto… corriendo a la par del vehículo, recorriendo los potreros de la Ganadería, como si fuese la escolta de su ama.

Aurora acostumbra dormir en el portón del despacho , inclusive en varias ocasiones cuando era pequeña, se subía a un sofá y dormía ahí. 

Ahora, ya siendo una vaca, cuando está en el potrero la llaman por su nombre y corre desde donde esté, para recibir de manos de su ama una dotación de tortillas (que le encantan) su golosina favorita, además de azúcar y sal, y claro, no pueden faltar las caricias.

Curioso es ver el comportamiento de Aurora, consentida tanto, al grado de que no tiene barreras que la detengan…. 

Igual está en el potrero, que en una troje, donde hace una serie de destrozos comiéndose el alimento, granos y todo lo ahí almacenado, deleitando su exigente paladar, o puede verse dentro del despacho resguardándose del clima. 

AHORA ES MADRE 

Hoy en día, Aurora ha cumplido con su naturaleza, como cualquier vaca de la ganadería; dio a luz dos crías (cuates) macho y hembra, algo muy curioso ya que en el ganado bravo es muy raro que la vaca tenga cuates, y menos con los antecedentes de Aurora, que como ya dijimos fue una cría prematura. 

Sus crías ya tienen un año de edad y llevan por nombres: 

«Coleta» la hembra, ya que la caracteriza tener una cola muy larga y «Fulgor», que es un becerro físicamente un poco más pequeño físicamente por haber sido el segundo al nacer. 

Ahora, las crías de Aurorita, crearán su propia historia. 

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