POR: FRANCISCO MARTINEZ

Plaza de toros de Huesca.- Tercera de abono de la feria de San Lorenzo. Toros de Buenavista para Enrique Ponce, Antonio Ferrera y Miguel Ángel Perera.

Una corrida de toros en Huesca siempre tiene algo especial. Hombres y mujeres de blanco con el pañuelico al cuello de color verde y esa albahaca olorosa que impregna todo de un mentolado olor dulzón. Se nota la alegría en las gentes que pululan alrededor del coso como hormigas en su cotidiana labor. Sonrientes, de fiesta, viendo cada momento con absoluta intensidad. Una vez ubicados en la plaza el griterío es ensordecedor y el publico aplaude a los toreros de manera cariñosa y afectiva.

Hoy toreaba Ponce, el maestro de la eterna juventud y manifiesta sabiduría que tarde tras tarde pone de maniesto diez razones para no dejar de ir a los toros. Hoy se ha encontrado con dos toros potables y se ha llevado la oreja del primero. Ferrera está de dulce, le valen todos los toros y con cada uno de ellos demuestra una madurez profesional que se traslada a los tendidos sin ambiguedad. Esta tarde los astados a los que se ha enfrentado han sido distintos logrando abrir la Puerta Grande merced a las dos orejas del quinto. Cerraba cartel Perera que ha tocado pelo en el sexto gracias a un arrimón de los de verdad.

Al romperse el paseillo las peñas han gritado Huesca es taurina y Viva la fiesta nacional.

Enrique Ponce, de gris perla y oro que lo recibe con el percal con poca codicia por parte del de Buenavista que sin embargo derriba a Manolo Quinta quien se toma la revancha con un extenso puyazo que luego remata el de puertas con una tercera vara haciendo sangrar al toro una barbaridad. En el último tercio Ponce se va al sol y despacio va metiendo al toro en la canasta, exprimiendo al noble astado que mete bien la cara en la muleta pero dura muy poco. Al final suerte natural y espada o suelto y rinconerilloque retarda la muerte. Oreja. Segundo del lote de Ponce que cambia tercio con un puyazo que receta como puede Palomares. Brega con destreza de la Viña y el de Chiva brinda al público. Embiste el toro, que va justito de motor, y Ponce le da pastillas de temple para la flojera en las jurisdicciones del primero. Después llegan los naturales, los molinetes y los cambios de mano: Ponce en estado puro,  pero cuando más a gusto está toreando el maestro se echa el toro ante la desazón del espada que cuadra en la suerte contraria cobrando un pinchazo hondo en buen sitio tras un pinchazo. Ovación tras petición.

Antonio Ferrera, de grana y oro. Sale con tendencia a tablas el bragado y meano Buenavista y Ferrera lo encela con mimo en el percal. Empuja en el jaco y evita el derrumbe el valiente monosabio en el primer intento, recibiendo una doble segunda vara que suman tres. No parea el maestro a pesar de la petición y la cuadrilla cubre el trámite más mal que bien. Este toro es otro pero lo entiende muy bien Ferrera, que con oficio le hace embestir armando una faena más de aficionado que de afición, de sombra más que de sol. Para sí mismo y para los pocos que se han enterado. Suerte contraria para lograr una media trasera desprendida  y fea que sobra. Silencio. Al quinto lo lancea Ferrera antes de empujar en el caballo en dos puyazos. Ahora sí palitroquea el matador y se le agradece desde el tendido. El toro tiene poder y Ferrera coloca un tercer par con doble quiebro escalofriante, que hace levantarse al publico de la cementera. Con la muleta todo tiene mucha emoción pues el toro se le llega de largo con ímpetu y el espada le planta cara, si bien es cierto que algún condimento del guiso no debería estar en la receta pues la chispa no termina de saltar en los tendidos por lo que Ferrera alarga la faena buscando y buscando. Entra a matar en la suerte contraria volcándose logrando una entera caída fulminante. Dos orejas.

Miguel Ángel Perera, de sangre de toro y oro. Sin nada destacable en el primer tercio se cambia el segundo con un puyazo. Quite de Perera por chicuelinas perdiendo el capote en el remate. Buena lidia de Curro Javier y brindis al respetable. El toro tambien tiene tendencia a irse a los adentros y Perera tiene que torearlo en la puerta de toriles con escaso lucimiento pero haciendo sonar la música. Suerte contraria y espadazo entero un tanto caído que hace rodar al astado. Silencio. Recibe al sexto  Perera con verónicas de escasa convicción como prólogo a una escabechina en el caballo, si bien luego es banderilleado acertadamente por Curro Javier. En la muleta el toro cabecea y no termina de sacar la clase no pasando Perera de aseado y voluntarioso hasta que se ha decantado por el arrimón en clase A, estando a punto de ser alcanzado por un derrote, escapándose de milagro. Suerte natural, espadazo caído y oreja para cerrar la tarde.

Ficha del festejo:

Enrique Ponce, oreja y ovación tras petición

Antonio Ferrera, silencio y dos orejas

Miguel Ángel Perera, silencio y oreja

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