San Isidro tiene su primer triunfador, un joven de 20 años que hoy confirmaba alternativa y que ha tocado el cielo. Un chico nacido en Jerez y criado en Olivenza que ha conseguido algo difícil: poner a todos de acuerdo. Porque Ginés Marín tiene la ambición y la técnica necesarias para lograr cosas importantes. Así lo dejó ver en la pasada temporada y así parece que continúa en la presente.

El  confirmante ofreció la mejor de sus versiones bordando el toreo frente al buen sexto. Lo vio claro el extremeño, que comenzó sin probaturas por el pitón izquierdo para torear reposado y muy encajado ante un animal que humilló con calidad y transmisión. Ginés Marín se puso de verdad, muy vertical y firme en una faena en la que templó su muleta y cosió por abajo y en largo sobre los dos pitones a un toro que se arrancó con alegría. El público se rindió a sus pies, más todavía tras la extraordinaria serie final que dejó al natural. Estocada hasta la bola con la que ‘Barberillo’ rodó sin puntilla. Dos orejas y Puerta Grande.

Le faltó movilidad y transmisión al toro con el que Ginés confirmó su alternativa. A pesar de ello el diestro toreó relajado, dejando suaves y despaciosos naturales y aguantando los parones de un animal que tuvo fijeza y metió bien la cara. Finalizó por bernadinas en terrenos próximos a los pitones. Notable actuación que se vio empañada por el mal uso de los aceros.

El Juli, maestro de ceremonias en la tarde de hoy, dejó patente el poderío y mando de su muleta con dos importantes actuaciones de las que se llevó una oreja y escuchó una ovación que pudo convertirse otra. Faena de dominio del madrileño frente al segundo, un animal noble y con transmisión del que extrajo muletazos largo y profundos con una gran técnica. Mató de una estocada entera y paseó un trofeo. El cuarto fue un toro manejable con el que Julián se encajó, pasándoselo con seguridad y aplomo. Ofreció siempre la muleta en la cara al de Alcurrucén, al que le bajó la mano y ligó muletazos en redondo en un gran inicio de faena. Siguió la misma tónica a lo largo del trasteo, aguantando parones y tirando de valentía en los desplantes mirando al tendido. Pudo llevarse una oreja y abrir la Puerta Grande, pero la mala fortuna quiso que pinchase en su primer intento para dejar una estocada casi entera a la segunda.

Dos ovaciones saludó el también confirmante Álvaro Lorenzo. El abreplaza fue un toro noble que echó la cara arriba punteando los engaños y que terminó parado. El toledano estuvo muy entregado y centrado en una faena que no terminó de tomar vuelo. Mató de una estocada.  El que hizo quinto fue un ejemplar de Alcurrucén que humilló y repitió. Con la muleta baja le condujo Lorenzo, que templó con profundidad por momentos en una faena de entera disposición que finalizó entre los pitones. Dejó una estocada y saludó una ovación tras escuchar un aviso.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Decimoquinta de San Isidro. Lleno en los tendidos. Toros de Alcurrucén, de buen juego en general, destacando el gran 6º, para El Juli, Álvaro Lorenzo (confirmación) y Ginés Marín (confirmación).

El Juli (de caldera y oro), oreja y ovación

Álvaro Lorenzo (de celeste y oro), ovación  y ovación

Ginés Marín (de pizarra y oro), ovación y dos orejas

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