JORNADA TAURINA te comparte este interesante artículo de actualidad en la tauromaquia, que lo disfruten.

Ahora no vamos a descubrir, ni mucho menos, la figura, la personalidad y el talante de José Miguel Arroyo, Joselito. Un torero único y que no deja indiferente a nadie. Una entrevista con él no es tal, sino más bien una conversación en la que sus impresiones fluyen de forma directa, sin tapujos ni cortapisas, ofreciendo un ramillete incuantificable de titulares que bien podrían abrir la edición de cualquier semanario taurino. Con el maestro hablamos de todo, sobre todo, de la situación de su ganadería y de cómo ésta no está echando la temporada que él querría, con el gran lunar negro de Pamplona. Pero además, hablamos del momento actual que vive la Tauromaquia, con sus puntos fuertes y sus debilidades, tanto internas como externas. Todo, con las miras puestas en su próxima cita de relumbrón, que es Cuenca, con Morante, Manzanares y la alternativa de Espada. Una plaza y una ciudad a la que confiesa cierta predilección. 

– Después de una intensa vida como torero, ¿cómo es el cambio a ganadero?

– Con respecto a la vida como torero, no tiene nada que ver. Es completamente distinta. También es apasionada e interesante, pero las pasiones y los sentimientos son más inferiores. A mi me llena mucho más el torear que el ser ganadero. Tanto el miedo como la satisfacción de una cosa y la otra no tienen nada que ver.

– Entonces, ¿torero antes que ganadero?

– Me he criado como torero y moriré como torero. Ganadero también, lógicamente, pero en mi fuero interno prima mucho más ser torero que ganadero, porque las sensaciones, tanto los buenos como los malos momentos, son más intensos.

– Y esos malos momentos, ¿cuáles son peores, los de torero o los de ganadero?

– Los momentos ingratos más duros son, posiblemente, los de torero. Ahora bien, la gran diferencia es que como torero casi siempre tienes la capacidad de decidir hasta donde puedes arriesgar. Lógicamente, también hay un momento que necesitas que el toro embista para que aquello llegue, porque si no, por mucho que arriesgues… Pero con todo, tienes capacidad de decisión, cosa que siendo ganadero no es así, y es que vives en la incertidumbre, porque no depende de ti. Depende del día, del animal, de todo lo que tenga enfrente… depende de muchas cosas. Tú haces tu trabajo, pero luego surge lo que tenga que surgir. Creo que es más lotería todo como ganadero que como torero. En ambos casos es una lotería, pero siendo torero tienes más billetes comprados para el sorteo.

 – Hablando de su ganadería, ¿en qué momento se encuentra ahora mismo?

– Pues yo qué sé… Salen toros buenos, toros malos… Me he llevado una desilusión muy grande en Pamplona, pero también es verdad que habíamos cambiado la alimentación, y creo por una parte y quiero pensar por otra, que es consecuencia de ello. Si no es consecuencia de ello, es que soy una mierda de ganadero y no soy capaz de hacer lo que yo quiero. En Santander, por ejemplo, hace unos días, tuvo mucho talante la corrida, no fue tan parada como aquella, aunque también le faltó un puntito de chispa. Los toros llevaban ocho días comiendo un pienso distinto, pero tampoco es esa la clave, porque en todo caso al animal le produce un trastorno intestinal y eso tarda un tiempo en recuperarse. Pero quiero pensar que es eso lo que ha fallado. Si el año que viene, que empezarán con una nueva alimentación, sigue siendo la misma forma de embestir, tendré que decir que como ganadero soy pésimo.

– Todo muy marcado por Pamplona, ¿qué balance de temporada hace hasta la fecha?

– La verdad es que el balance no ha sido muy bueno, porque lidié en una novillada concurso un novillo que se paró, eché un toro en la concurso de Zaragoza que fue muy malo, la corrida de Pamplona que no valió mucho, y la de Santander…, que ha sido la más salvable. Ahora bien, el caso es que la de Pamplona tuvo algunos toros con cierta clase, y la corrida, si le meten la espada, igual le hubiesen cortado cuatro orejas. Entonces la película es otra. Yo seguiría pensando que la corrida ha sido una mierda, pero de cara al exterior la película cambia porque cuatro orejas en Pamplona no es moco de pavo. Insisto en que yo estaría igual de preocupado, y hubiese puesto los mismos medios para cambiar, habría cambiado el pienso igual y estaría trabajando de la misma forma por arreglarlo.

– ¿Qué es lo que busca Joselito como ganadero?

– A mí me gusta un toro con movilidad y con clase. Que tenga raza, pero que a la vez tenga también clase embistiendo y recorrido. Y que humille y tenga fijeza. Vamos, una utopía (risas).

– Centrándonos en el debut en Cuenca, ¿qué expectativas e ilusiones tiene?

– Estoy, por una parte, muy ilusionado; pero por otra, un poco cagado porque cuanto más categoría tiene el cartel, más responsabilidad tienes. Más estás a la expectativa de que los toros brinden un espectáculo bueno o no… Pero bueno, esperando que alguno meta la cara con clase y se desplace para adelante y puedan disfrutar los toreros para hacer disfrutar a la gente. Cuenca fue una plaza que se me dio bastante bien como torero, y me gustaría corroborar esas sensaciones con mis toros, y que hagan disfrutar a la gente como la hice disfrutar yo.

– Tiene una especial relación con Cuenca, guarda un buen recuerdo de ella, e incluso tiene amigos allí…

– Da la casualidad que conozco gente de Cuenca y su provincia, o muy vinculados con esa tierra. La mayoría de las veces que he estado allí como torero se me ha dado bastante bien, y es un sitio al que me agradaba ir. No solía faltar en esa feria porque me sentía muy bien. Siempre notaba feeling con el público y me gustaba ir. Igual que en otras plazas no pasaba eso, en las que te costaba más hacer el paseíllo por lo que sea, porque no te encuentras con la gente, en Cuenca no pasaba eso.

– ¿Cómo valora la Feria de Cuenca y lo que Maximino Pérez ha conseguido allí?

– Maximino la ha consolidado y le ha dado más categoría, porque yo recuerdo que la feria tenía cierto nivel y había buenos carteles, pero la empresa no cuidaba mucho el toro. Era un poco desbarajuste todo y había días que para hilvanar el sorteo había que hacer encaje de bolillos porque las corridas eran muy desiguales. Al final todo cuenta, y es que para que sea un éxito hay que intentar muchas cosas. Si ya lo intentas hacer todo bien y puede que salga mal, imagina si ya vas a medias, pues es cuando todo sale mal.

– Ese encierro reseñado para Cuenca, ¿cómo es?

– Hay 8 o 10 toros muy bien hechos, con muy buenas hechuras para embestir porque son bajitos, tienen cuello, las caras para adelante…, bonitos pero con seriedad. Pero yo qué sé… a mi me gustaría que de los seis embistieran los seis. Me encantaría que le embistiera un toro a Morante y disfrutara. Es un torero que siempre ha confiado mucho en mi ganadería, de hecho ha matado varias corridas de toros, y nunca ha tenido una suerte especial; había toros buenos, pero nunca le tocaban a él. E igual a Manzanares y a Espada, porque toma la alternativa y es la ilusión de su vida. Es bonito que el toro de tu alternativa sea un recuerdo bueno para toda la vida. Más vale que lo recuerde como algo bueno y no como una castaña.

 – ¿Cómo ve la situación actual del sector ganadero?

– No es nada fácil, porque cuentas con todas las complicaciones que hay por el tema de reducción de festejos, y además el económico. Como había tantísimo animal, todo estaba muy perjudicado porque los precios estaban muy a la baja y costaba mucho trabajo. Afortunadamente, se han quitado muchos de en medio y quizá ha habido un poquito más de color, pero todavía está la cosa regular.

– ¿Y del sector taurino en general?

– No lo veo mal. Hay toreros muy importantes, jóvenes y emergentes con mucha proyección, que son los que van a tener que tirar del carro durante los años venideros. Están lógicamente las figuras que no se dejan pisar el terreno. Y luego hay un plantel de novilleros bastante interesante, y es que por arriba hay cuatro o cinco jóvenes muy importantes. Hace años que no veía tantos chavales juntos en un año con ese carisma. Creo que vivimos un momento bueno, pero lo que pasa es que económicamente el país sigue muy mermado. Creo que no es que la gente no vaya a los toros, sino que no tiene para pagar la hipoteca o llegar a fin de mes. Así, ¿cómo va a ir a los toros? Ni a los toros ni a ningún sitio…

 – ¿Qué ataques pesan más, los internos o los externos?

– Pesa todo, lo que pasa es que como lo externo está siendo tan fuerte, produce una reacción contraria. Ya se están pasando, ya es una cosa excesiva en la forma de manifestarse. Y eso al final llega un momento en el que la gente que no le interesa mucho, se va a poner a favor. ¿El tema animalista?, pues oye, estamos en una sociedad amorfa y totalmente cínica. El otro día escuché que se había montado un pollo enorme porque se había matado a un león en África, a mí tampoco me gusta, pero es mucho peor que se esté matando la gente y se le de mucha menos más importancia. Nos rasgamos las vestiduras por el león, pero en Sierra Leona mueren todos los días montones de gente, pero pasamos.

– La claridad, lo sencillo y lo directo en su forma de expresarse, es único en el mundo del toro…

– ¿Sabes lo que pasa? Que como son muchos años conociendo a muchos toreros, muchos ganaderos…, y leo la cantidad de gilipolleces que dicen, que digo: pero, ¿qué burra nos quieren vender? Al final, es absurdo. Me sabe mucho mejor el hablar como me siento que no contando películas, que si encima luego son mentira… Ahora parece que todos están cortados por el mismo patrón. Todos dicen lo mismo y se expresan igual. Por eso pienso: di algo que de verdad conmueva a la gente, y lo que realmente te llene y te satisfaga, que vean que eres una persona como otra cualquiera, que a veces ríes y otras lloras, que eructas o que te gusta comer fabada… Yo es que soy una persona normal y corriente. Es que si no, damos la imagen de no aportar nada.

– ¿Ser ganadero es una forma de seguir unido al mundillo, una forma de no irse?

– Pues no lo sé, la verdad. Estoy en un momento de mi vida en el que estoy muy bien. Yo he sido aficionado, y si cierro la ganadería por el motivo que sea o algún día no la tengo, iría a los toros. Eso sí, soy muy selectivo. Hay gente que me gusta y gente que no, gente que iría a ver todos los días y gente que no iría nunca. ¿También sabes qué pasa?, que lo que es el mundillo del taurineo no es algo que me guste mucho, ¿sabes?

– ¿Y eso?

– Porque mis tiempos de ego y de sentirte el ombligo del mundo los he vivido ya. Estoy más que pasado de eso… me da igual, ya no tengo necesidad de ello. No tengo necesidad de que la gente me adore y que me aplauda. Que lo hacen, perfecto; que no, no pasa ni media. No busco nada. Cuando estaba en activo toreaba en el sitio que me llenaba, y lo demás lo dejaba un poco al margen. Era un poco sui géneris en eso porque yo no era un torero que taurinease absolutamente nada. Todo lo contrario: mis campos, mis tentaderos, mis cosas, mis amigos… y fuera. No sabía quién era éste o aquel otro o a quién apoderada éste o dejaba de apoderar. No me importaba.

– Esa es la personalidad que siempre ha hecho único a Joselito y que haya tenido tantos partidarios…

– A mí era lo que me satisfacía y lo que me llenaba, igual que ahora. Así era y así soy yo.

FUENTE: http://www.porelpitonderecho.com/al-natural/-mundillo-del-taurineo-no-es-algo-que-me-guste-mucho–2125

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