Por: Lucía Fuente
«Si al principio de la temporada me hubiesen dicho que iba a acabarla así, hubiese pensado que era un sueño». Habla Curro Díaz, quien tras 19 años de alternativa recuerda la que ha sido una de sus mejores temporadas. «Yo no soy nadie para calificarla, pero sí que ha habido de todo. Empezó siendo una temporada complicada y ha terminado de una forma muy bonita», asegura.
Para Curro el año se presentaba duro y con incertidumbre, pero lo cierto es que la temporada no pudo comenzar mejor para él. A base de arte y torería el jienense consiguió abrir la Puerta Grande de Las Ventas durante el Domingo de Ramos; un hecho que marcó considerablemente el devenir de su temporada: «todos los toreros soñamos con la Puerta Grande, pero en mi caso fue muy importante porque cambiaba la temporada. Fue la llave para poder continuar», afirma. Sin embargo, la antelación con la que se confeccionan los carteles hizo que el torero no fuese incluido en ninguna de las principales ferias que inician la campaña taurina. De hecho, hubo que esperar un mes para volver a ver al andaluz haciendo el paseíllo. Un ritual que realizó en 11 ocasiones durante los cuatro meses que precedieron a otro de los puntos clave de su año: el indulto de Plebeyo.
El 30 de julio Curro Díaz indultaba en Calasparra al cuarto de la tarde de la ganadería de Victorino Martín, un hierro que «indudablemente» también le ha traído alegrías durante este año. «Ha sido un año importantísimo para Victorino y me siento muy feliz de que yo también haya sido participe de esa temporada». Un hecho, como decía, que abrió camino al diestro en los meses posteriores: «por desgracia tuve que sustituir a un compañero y las corridas con las que casualmente fui a Bilbao y Almería fueron de Victorino. El indulto, y lógicamente el transcurrir de la temporada, sí que adelantó que yo estuviese en más puestos», responde Díaz. Concretamente fueron 16 los compromisos que aceptó desde el triunfal día en la localidad murciana (17 si hubiese podido hacer frente a la cita de Jaén tras la cornada sufrida durante la Feria de Otoño en Las Ventas). «Casualmente la temporada empezó y terminó en Madrid» nos comenta una tarde calificada como heroica por los dos espadas y en la que el jienense volvió a ofrecer su mejor versión, solo empañada por la sangre y el mal uso de la espada: «esa tarde salí responsabilizado porque había que ratificar todo. Solo me privó la espada», sentencia.
A día de hoy Curro Díaz puede presumir de encontrarse en su mejor momento profesional: «todos te vamos a decir siempre que estamos en el mejor momento, pero indudablemente los hechos hablan por sí solos. El año que viene, si Dios quiere, te volveré a contestar lo mismo», advierte entre risas. ¿Y qué tiene ahora que no tenía antes, o que tenía antes que no tiene ahora? El de Linares contesta así a la pregunta: «supongo que el tiempo hace a los toreros madurar, las virtudes se asientan más y disimulamos los defectos».
Con las pilas cargadas tras el percance de Las Ventas, el espada reapareció el pasado mes de noviembre en tierras americanas, concretamente en Machachi (Ecuador), donde cortó dos orejas y salió a hombros. A pesar de este nuevo éxito Curro se centrará durante el invierno en preparar la próxima temporada europea: «iré puntualmente a América pero no voy a hacer temporada, voy a centrarme en ir al campo con la mente puesta en España», afirma. «No sé cuál será mi posición en el escalafón el próximo año, pero te aseguro que no va a ser la misma que el año pasado al inicio de temporada», concluye.