POR CATARINA VALENTE

Actualizado: 08/06/201618:25 horas

La ganadería Victorino Martín, fundada en 1960, consiguió llevar la bravura a los principales ruedos de España. Gracias a las características de sus reses, la cotización del sector aumentó.

Bravo, humillador, constante, exigente, duro, con fondo y unas hechuras de ensueño. Así es Cobradiezmos, un toro de más de 560 kilogramos que llevó a su ganadero el pasado 13 de abril a los altares de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Saltó al ruedo, regaló codicia y fijeza hasta que consiguió ser indultado por su extraordinaria condición. El torero Manuel Escribano colaboró, junto con la petición unánime de la plaza y la voluntad del presidente, en el perdón de su vida.

El ganadero Victorino Martín García (tercero por la dcha) junto a su padre Victorino Martín Andrés y su hija Pilar Martín (veterinaria en la empresa).

«Cuando me pidieron el visto bueno, no tuve más palabras que decir que estaba encantado, porque este animal reúne todas las características de belleza y comportamiento», presume Victorino Martín García, uno de los propietarios de las explotaciones Monteviejo y Las Tiesas, situadas en la comarca de Coria, un municipio de la provincia de Cáceres. «Este hecho supone un hito para nosotros, para el torero y para Sevilla», afirma el empresario, quien explica que «en toda la historia de la Maestranza sólo ha habido cinco indultos».

De estas tierras extremeñas de ganado de lidia sale la bravura y ese trapío asombroso procedentes, a su vez, de los hierros del Marqués de Albaserrada y Antonio Escudero Calvo, antiguos propietarios de las fincas y también criadores de reses peligrosas.

 

Restaurante de la ganadería Victorino Martín.

Estas cualidades han llevado a los victorinos a protagonizar históricos espectáculos en los principales cosos de España y a descubrir muchos toreros. «Desde Enrique Ponce, pasando por José Antonio Campuzano hasta Julián López ‘El Juli’ se han enfrentado a estos animales bien para diferenciarse, lanzar su carrera o simplemente para evolucionar y triunfar con ellos», indica el ganadero, ex novillero y escritor que se incorporó a la compañía una vez terminados sus estudios en 1987.

Pero su reputación se debe al esfuerzo y al sacrificio de su padre Victorino Martín Andrés, quien se vio obligado a trabajar desde muy joven. «Con apenas 16 años y huérfano de guerra se hizo cargo, junto con sus hermanos, de la carnicería familiar que tenía su tío Mateo en Torrelodones, Madrid», recuerda Victorino hijo. Al prosperar el negocio, abrieron otras dos tiendas en el mismo pueblo. Fue entonces cuando empezaron a manejar ganado bravo, que aprovechaban para organizar festejos populares.

En uno de esos tratos, Victorino Martín tuvo la oportunidad en 1960 de comprar un lote de ganado. Las explotaciones que hoy le pertenecen estuvieron regentadas por diversas familias: «Albaserrada, Catón, Escudero… Las tierras, entonces divididas en tres parcelas, pasaron por varios avatares, aunque en 1965 adquirimos toda la propiedad», cuenta su hijo. Lidió su primera corrida en abril de 1961 en Zaragoza, pero no fue hasta 1968 que entró por la puerta grande, Las Ventas: «En un mes saltó al ruedo tres veces», menciona el también veterinario, quien apunta que pasados 14 años marcaron un gran hito en la historia de la ganadería. Belador, que se exhibió ante Ortega Cano, fue el primer toro indultado en la mayor plaza del país.

La calidad de un victorino depende muchos factores: la genética, la alimentación y el hábitat. Los cuidados son tan importantes que «por cada toro que se lidia se necesitan mantener entre 10 y 11 cabezas».

El coste de crianza oscila entre los 4.500 y los 5.000 euros, un valor que apenas cubre los gastos de manejo porque la mayoría de los animales se venden para las faenas por un precio inferior. Por eso, el negocio de la ganadería no es rentable. «Lo mantenemos por afición y por una cuestión de riqueza emocional», reconoce el empresario, quien lamenta que «para vivir de esto hay que tener otras fuentes de ingresos».

 

Secretos de la fiesta más culta

¿Qué retos quedan por cumplir en el ámbito taurino? Hace falta más apoyo por parte de la Administración y que los medios nos den más visibilidad. Por ejemplo, la televisión sólo informa de la Feria de Abril de Sevilla, a la que acuden miles de personas de todo el mundo, si hay una cornada.

¿Qué aportáis a cambio? Riqueza cultural y económica. El Estado recibe más de 45 millones de euros al año en concepto de IVA. No obstante, sólo retribuye 30.000 euros, que van destinados al premio Medalla de Oro de las Bellas Artes.

¿Eso es todo? No, el mundo del toro también tiene que modernizarse. Hay que adaptar las plazas al siglo XXI. Si en Las Ventas hay viento, es complicadísimo torear.

¿Qué es lo más difícil de lidiar? El nivel de exigencia al que estamos sometidos. Los más aficionados esperan siempre que los ‘victorinos’ superen sus expectativas.

FUENTE: http://www.expansion.com/pymes/2016/06/08/5751c74446163f8c5c8b46c0.html

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