Artículo de la Revista Jornada Taurina Edición No. 59 Junio 2016

ADIOS PANA ADIOS

Allá por los inicios de los cincuenta nació en la taurinísima Ciudad de Apizaco, Rodolfo Rodríguez quien a los dieciséis años ganaba un ingrato sueldo amasando harina por las noches para tener a disposición de la clientela, los tradicionales bolillos que “se vendían como pan caliente”.

Sin embargo, en ese muchacho había un torero de peculiar personalidad que posteriormente creó al “Pana”, por el origen relatado. Un torero sacado de un viejo libro apolillado, polvoso y de páginas amarillas.

Desde esa fecha ya contaba con algunos reacios seguidores este genial “Brujo de Apizaco” quien desquiciaba a sus admiradores y detractores desde que partió plaza en la Monumental México en una sexteta de novilleros el 6 de agosto del 1978, tarde en la que salió triunfador.

Pasó de ser un hombre de quijotesca figura a un obstinado torero de peculiar estilo más que de gloria. Muy criticado por los clásicos por extrañas razones. Y adorado por otros muchos.  No siempre bien visto por los conocedores de la fiesta debido a su personal toreo, misterioso e impredecible. Siempre con ideas simpáticas de la vida y del toreo y hasta cierto punto descabelladas llegando a brindar un toro a las meretrices que lo acompañaron en su soledad.

Rodolfo Rodríguez siempre acusó al “Pana” de ser un vago disipado peleado con su destino, mismo que acabó por encontrarlo en un ruedo, aunque no como deseó, sino más bien en una ingrata cama de hospital. Un torero lleno de misticismo y aroma taurino.

El irónico sueño de confirmar en Las Ventas de Madrid no le llegó a tiempo, Era demasiado longevo para ese trance. Dio vida al toreo de leyenda sin miedo. Viendo al toro de frente. Siempre irónico ante la vida. Insolente ante las reglas y algunas tradiciones. En su boca, un puro, medias blancas,  desparpajado al caminar, hablar y torear.

Irónicamente, un toro llamado “Pan Francés” de Guanamé le lesionó el 1 de mayo del presente en Ciudad Lerdo, Durango, y perdió la vida tras un mes y un día de una penosa lucha entre la vida y la muerte.

Los recuerdos luminosos marcan el nunca más. No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla. Y día de ayer al filo de las 18:45 pm le llegó a “El Pana”.

Tus seguidores estarán siempre recordándote Pana… Siempre.

Por: Octavio X. Lagunes

2
FOTO DANIELA MAGDALENO

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *