Se dio este sábado 4 de mayo la décima cuarta y penúltima corrida de la CXCVI edición de la Feria Internacional de San Marcos 2024 en el coso Monumental de Aguascalientes, que registró casi tres cuartos de entrada en tarde calurosa, resultando como triunfador el queretano Octavio García “El Payo” al cortar dos orejas y por ello salir en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos” en un pleno resurgimiento. Sus alternantes, el ibérico Alejandro Talavante logró “tocar pelo” y el anfitrión Leo Valadez fue ovacionado en el tercio.
Salieron por toriles siete toros de la ganadería guanajuatense de Bernaldo de Quirós, siendo devuelto el tercero por evidenciar una lesión en la pata derecha, saliendo en su lugar la primera reserva de la misma casa que, al igual que todo el encierro adoleció de poca fuerza. Sobresalieron por su nobleza, a pesar de la debilidad, el cuarto, que lució el hierro de Peñalba (ganadería hermana) y, el quinto. Regulares fueron el primero, el segundo y el sexto y, el sustituto del tercero resultó complicado.
El extremeño Alejandro Talavante, en el toro que abrió plaza, falto de fuerza, capoteo voluntarioso. Con la muleta, comenzó con pases de tanteo, pero, el toro se desplomaba a pesar de la clase que tenía. Logró templarlo por derechazos, pero, el astado se caía. Lo intentó de verdad, pero, sin fortuna. Abrevió y acertó al matar de estocada para ser aplaudido.
A su primero, sin mucha fuerza y soso, el queretano Octavio García “El Payo” veroniqueó empeñoso. Con la sarga, inició dando pases de ornamento para continuar ligando derechazos de buen trazo en tres series. Al natural lo toreó con voluntad, pero, el ejemplar perdía las manos. Mas derechazos toreros en otras tres tandas, estando por encima del astado. Aliñó y acabó de estocada honda, trasera y atravesada y, descabello para escuchar aplausos.
El local Leo Valadez recibió a su primero con dos largas cambiadas de rodillas en tablas y salió el toro arrastrando la pata derecha, por lo que fue devuelto a los corrales y en su lugar salió la primera reserva, de la misma divisa titular de la tarde, también débil y soso, al que Valadez lanceó con variedad y esmero, quitando mejor por faroles y gaoneras. Cubrió el segundo tercio entre sonoros aplausos. Con la pañosa, ya aquerenciado en tablas el burel, tras brindarle a Elías Esparza, su maestro cuando era niño, Leo lo sacó de ahí hacia el tercio para darle pases diestros voluntariosos en tres meritorias tandas. Con la zurda la historia fue igual, llena de esmero y de sacarle los pases valiosos y acortando distancias. De regreso a la zona de tablas, lo obligó para recetarle lances derechistas de mucho valor, además, de luquesinas para cerrar. Falló al matar y se le aplaudió el esfuerzo.
A su segundo, que lucía el hierro de Peñalba, noble, pero débil, llamado “Nativo”, Talavante lo recibió con dos afarolados de pie, en tablas y, nada más. Con la franela, de rodillas y en los medios, dio un pase por alto y un cambiado por la espalda y, de pie, el de pecho y una trincherilla para seguir toreramente por derechazos ralentizados en tres tandas, al igual que por naturales, adornando con arrucina, una más de buena exposición y otra serie diestra lenta. Otro racimo natural de lucido trazo. Más derechazos a media altura. Pases de adorno para cerrar, como naturales y derechazos sin ayudado en un palmo de terreno. Finiquitó de certera estocada para obtener una merecida oreja.
“El Payo” en su segundo, “Marinero” de nombre, otro débil, pero, con gran calidad, veroniqueó y aplicó chicuelinas toreras. Espectacular tumbo del piquero Héctor Delgado “El Ruso”. Con la tela escarlata, Octavio realizó un trasteo a base de toreo derechista, templado y rítmico, a media altura, en tres tandas, intercalando molinete y artístico cambio de mano por delante. Vinieron entonces naturales de buen calado. Siguió con la diestra, en otras dos tandas suaves y señoriales, plenas de temple y añadiendo la capetillina y el de pecho. Manoletinas para abrochar y terminó de soberbia estocada y, por ello, recibir merecidamente las orejas.
Y en el toro que cerró el festejo, igual, de poca fuerza y soso, Leo lo lanceó bien. Con el lienzo grana, le ejecutó una faena a base de mucha voluntad y ganas de agradar por ambos lados. Acortó distancias y así logró sacarle pases meritorios al natural. También se esmeró con la diestra, pero, sin fortuna. Cerro con la mano izquierda en plan torero y valiente y, por la derecha, sacó pases, uno a uno, sin enmendar, de mucho valor. Acabó de estocada y fue aplaudido en el tercio.
Al final de la función, Octavio García “El Payo” fue paseado y sacado en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”.