Por: Redacción / Fotos: Manolo Briones

La PLAZA DE TOROS MONUMENTAL DE ZACATECAS abrió sus puertas para la tercera corrida de feria. Muy buen ambiente con una gran entrada; casi lleno en sombra y tres cuartos en sol. Definitivamente, la mejor entrada de la feria, y de otras ferias, con un clima extraordinario.

No se puede dejar de mencionar la presencia de la Banda de Zacatecas, hoy por hoy, la mejor del mundo taurino.

TOROS DE POZOHONDO de excelente presentación; toros preciosos; una corrida con edad y bien cubierta. Sobresalieron dos toros de gran clase y duración, que fueron el primero y el cuarto. El tercero también funcionó, el sexto con pocos pases y segundo y quito; deslucidos.

JOSELITO ADAME ha obtenido un gran triunfo al abrir la puerta grande. Pudo haber sido apoteótico, pero pinchó a su primero, perdiendo las orejas. A los dos les hizo dos grandes trasteos. El del segundo más completo y con la gente más entregada. Estuvo muy variado con capote, y con la muleta consiguió muletazos de gran largura, y al final unos derechazos en redondo interminables. Estocada hasta la cita; para cortarle las dos orejas, que al final lo convirtieron en el triunfador de la tarde.

DIEGO SILVETI no ha tenido un lote para triunfar. Su primero fue un toro muy serio que a medida que fue desarrollando la lidia fue sacando sosería. Diego le intentó tratando de lucir, pero el toro no transmitía en las embestidas. Media estocada para ser silenciado.  Su segundo, un berrendo en cárdeno precioso, lo toreó con capote, destacando un quite de gaoneras. Con la muleta le hizo la faena por ambos pitones, Consiguiendo momentos buenos, pero a medida que avanzaba la faena, el toro empezó a echar la cabeza arriba sin transmitir. Terminó con Bernadinas que calaron. Dos medías tendidas y un descabello, para ser silenciado.

SERGIO FLORES está pasando por un gran momento, demostrando sitio y conocimientos. Hoy sustituyó a Arturo Macías, gracias a su triunfo hace una semana. Vino a ratificar su inclusión. Al primero de su lote le hizo una faena muy completa y entregada rematada con un estoconazo de libro. Le cortó una oreja. A su segundo, que se agarró pronto al piso, se dio un arrimón de los de verdad, pisando sitios muy comprometidos, le exprimió al máximo. Desafortunadamente lo pinchó, perdiendo la oreja y la puerta grande.

Al final Joselito fue sacado a hombros de la plaza.

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